La quiropráctica en España todavía no es una profesión sanitaria ni ha sido objeto de regulación, a pesar de estar reconocida como profesión sanitaria por la organización mundial de la salud (O.M.S) y tener, carácter sanitario en la mayoría de países desarrollados del mundo.
En 1895, Daniel David Palmer, científico empírico, solucionó la sordera de un paciente ajustando una vértebra desplazada en su columna que producía una interferencia en su sistema nervioso. El descubrimiento desató una cadena de investigaciones en EEUU que dio lugar al nacimiento de La Quiropráctica.
La quiropráctica es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la ciencia de la salud que estudia los problemas del sistema músculo-esquelético, especialmente los de la columna vertebral, y sus efectos sobre el sistema nervioso (que controla la función de todos los órganos, tejidos, glándulas y sistemas del cuerpo gracias a la comunicación que establece con el cerebro) y la salud en general. El objetivo es equilibrar el funcionamiento de dicho sistema nervioso para que el cuerpo sea capaz de optimizar todas sus funciones por sí mismo. Es lo que se denomina la inteligencia innata del cuerpo, y es una de las premisas principales de las que parte la quiropráctica.
Para lograr este equilibrio se parte de la columna vertebral, donde el quiropráctico localiza y detecta las posibles subluxaciones (una vértebra mal alineada o con movilidad pobre que pinza un nervio).
Las subluxaciones interfieren en la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, y son causadas por diferentes tipos de estrés: físico (malas posturas, caídas, lesiones deportivas, accidentes), bioquímico (alcohol, dieta pobre, tabaco, drogas legales), y emocional (trabajo, familia, relaciones). Una vez solucionada esta alteración, el cuerpo vuelve a funcionar correctamente.
La manera de resolver las subluxaciones vertebrales es mediante el ajuste quiropráctico: se trata de precisos ajustes vertebrales que se realizan por medio de una presión local muy rápida y con determinada fuerza. Para hacerlo correctamente, es necesaria una experiencia y habilidad que los profesionales quiroprácticos dominan perfectamente y en la que el quiropráctico corrige los desplazamientos de las vértebras, restituyendo su movilidad y devolviendo al sistema nervioso su capacidad transmisora. Un doctor en quiropráctica puede hacer un ajuste de manera óptima y segura.
La quiropráctica defiende cinco premisas:
Premisa 1: Un cuerpo que funciona de manera equilibrada tiene la capacidad innata de auto-recuperación.
Premisa 2: El sistema nervioso (cerebro, médula espinal y nervios) controla, coordina y regula todos los tejidos, células y funciones del organismo.
Premisa 3: Mientras que el cerebro está protegido por el cráneo, la médula espinal está protegida por la columna vertebral, compuesta por 24 vertebras móviles que actúan como su casco protector.
Premisa 4: Una subluxación vertebral (el pinzamiento de un nervio) interfiere negativamente en el funcionamiento del sistema nervioso, perjudicando la salud en general.
Premisa 5: La quiropráctica corrige la subluxación vertebral, devolviéndole al sistema nervioso la integridad y al cuerpo su capacidad natural de auto-recuperación.
La quiropráctica ayuda en casos de dolor de cabeza, cuello y espalda, mareos, migrañas, ciática, lumbalgia, trastornos digestivos, trastornos del sueño, asma, hernia discal, fibromialgia, hormigueo o dolor en las extremidades, lesiones relacionadas con el deporte, fatiga, dolor en las piernas, rodillas, infecciones o trastornos del oído, esclerosis múltiple, neuralgia trigeminal, síndrome del tunel carpiano, espondilolistesis, escoliosis y desviaciones, adormecimientos, pinzamientos, trastornos ginecológicos, cervicalgias, vómitos, malestar por embarazo, psoriasis, cáncer, enuresis, cólicos en bebés, tensión arterial, ansiedad, depresión, stress, hiperactividad y atención deficitaria, entre otros.
El buen funcionamiento del sistema nervioso requiere una columna vertebral sana. A diferencia de otras profesiones sanitarias, la quiropráctica ofrece un modo de recuperación y mantenimiento de la salud prescindiendo de los fármacos y la cirugía, evitando los efectos secundarios y la hospitalización que estos tratamientos conllevan, y aminorando así los costes sanitarios.
El quiropráctico somete al paciente a un examen inicial y tras él, el facultativo llega a una decisión acerca del tipo de ajuste que debe recibir ese paciente. Además de practicar el ajuste vertebral específico, el quiropráctico aconseja al paciente sobre su nutrición o su higiene postural, y le recomienda ejercicios físicos según su caso.
La Asociación Española de Quiropráctica regula la práctica profesional de esta especialidad e impone a todos sus miembros los mismos requisitos profesionales que son necesarios en Estados Unidos y el resto de Europa.